Por fin es viernes. Me levanto como todos los días. Hay que prepararlo todo. Empezamos con el desayuno, como siempre y luego, la maleta. Como ya lo tenía todo preparado, solo es cuestión de cercionarme de que está todo, vestirme y guardar todo. Pero claro, como siempre, se van los minutos en tonterías y gilipolleces y al final más tarde de lo que hubiera querido salgo de casa. Menos mal que hay poco tráfico y no llego muy tarde a casa de Santi.
Cargar todo lo suyo en mi coche y directos a casa de Jóse. Curiosamente al final llego en hora, pero claro, hay que esperar a Jóse, jejeje. Entre unas cosas y otras, cargar todo y demás historias salimos 30minutos más tarde. No es mucho y se asume, jeje. Más nos vale, claro.
Directos a la A3 dirección Valencia. Como yo había desayunado a las 7 de la mañana, sobre las 10:30 estaba muerto de hambre por lo que paramos en Moya, lugar habitual de paradas cada vez que se va por la A3, en la salida del puto kilométrico 169. Bocadillo, bebida y seguimos el camino.
Entre charlas, risas y demás historias llegamos a L'Ampolla, Tarragona, con tiempo para dejar las cosas en el hotel Les Oliveres, ir a comer al pueblo y justo para llegar al "Brifing".
Charla técnica con algunos pequeños cambios, recoger la bolsa de corredor con el dorsal y demás historias y directos de nuevo al hotel. Esta vez, para coger la bici, que con los cambios realizados quería probarla. Evidentemente, Jóse y Santi vienen conmigo. No va a ser mucho rato, pero al menos, soltamos nervios, tensiones y demás.
Nada más empezar, nos vamos dirección Perelló y la cosa no va bien. Voy clavado. Estoy forzando para avanzar y voy lento. A Jóse le pasa lo mismo. Se nos pasa por la cabeza que así no podemos hacer un IronMan al día siguiente. Sería absurdo que en un terreno llano fuéramos a 20Km/h.
Tras unos cuantos kilómetros y viendo que la cosa no iba por lentos, a los 15min decidimos volver. En el regreso comprendimos lo que sucedía. El terreno picaba hacia arriba continuamente y hacía que no se avanzara cómodamente. Con muchas curvas cerradas bajamos a gran velocidad tardando 5min menos que la ida. Uff, menos mal que descubrimos lo que pasaba. Ya tenemos la moral intacta y mucha ganas. Salieron unos 10,5Km de ciclismo en 25min, a 25,20Km/h, con un pulso medio de 122ppm y un gasto de 222Kcal.
Llegar al hotel, soltar las cosas y la piscina cubierta del hotel. No se iba a hacer mucho, porque la piscina es pequeña, pero al menos, nadar algo hace que nos relajemos. Croll, mariposa, braza, carreritas entre nosotros y luego, piscina de agua caliente. Vino muy bien.
Tras eso, ya solo quedaba lo último. Ducharse, vestirse, cenar y a dormir.
Por circunstancias de la vida, Javi y Marina se alojaron en el mismo hotel, lo cual supuso compartir espacio-tiempo con ellos, que siempre es agradable.
Tras la cena, a la habitación, preparar las cosas del día siguiente y sorprendentemente, poco más de las 22h estaba en cama. Escribo estar en cama porque no pasé una noche de dormir. Hacía mucho tiempo que no tenía la sensación de nerviosismo en el cuerpo. Solo podía pensar en el triatlón. Material, sectores, vueltas, etc hicieron que no pudiera dormirme. Además, la sequedad de la habitación me hacía beber. Qué se le va a hacer ...
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