lunes, 7 de diciembre de 2009

5 de diciembre del 2009

Amanece frío. Es sábado y no quiero levantarme, pero tengo ciertas responsabilidades ineludibles.

Desayuno a regañadientes, vestirme y a hacer compras. Sobre las 9 ya estoy en casa. Fregar los cacharros, guardar la compra, charlar con mi hermana mientras tanto y el tiempo volando.

Al final, consigo salir con la Mountain Bike. Doy dos vueltas a la Casa de Campo, sin prisa pero sin pausa. Tratando de rodar y rodar, aún a sabiendas de que voy a ir más lento, pero hará más fuerza.

Una vuelta en un sentido y la otra vuelta en el otro. Cuando estoy terminando la segunda vuelta, pero todavía en la Casa de Campo, noto que he pinchado. Casualidad, no tengo inflador. Gracias a otro ciclista que me lo deja, cambio la rueda pero algo pasa y acercándome a la gasolinera BP que hay cerca de Rodajos, noto que la rueda va muy desinflada. Qué raro.

Inflo las dos y de regreso a casa. Cuando me quedan un par de kilómetros me doy cuenta de que la rueda delantera está baja de nuevo. Ya no me queda nada, por lo que aguanto con ella hasta casa, teniendo mucho cuidado con las curvas.

Con todo, hago 2h 05min 38sg de BTT y unos 43Km, saliendo una media de 20,54Km/h.

Con los pinchazos, no me da tiempo de salir a correr, por lo que lo dejo todo, ducharme y donde mi hermana, a pasar la tarde.

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