lunes, 28 de diciembre de 2009

24 de diciembre del 2009

Me levanto sin ganas de viajar. Tengo que terminar de hacer la maleta y de prepararlo todo, pero con la desgana, me me echa el tiempo encima. Al final, salgo de casa sobre las 12:10 y al poco de incorporarme a la A6, atasco. Muy lentos vamos avanzando. Decido ir por la autopista no vaya a ser que el estado de la carretera en el Alto de los Leones y la N-VI pueda darme un susto. Como era evidente, tengo que pagar, a regañadientes, los 9,35€ que me cuesta el peaje.
Como no dormí bien, pues empecé a notar el cansancio, por lo que al rato de pasar Adanero, y no se a que altura, me paro a echar una cabezadita y quitarme la tontería.

Al cabo del rato, no se cuanto, me despierto y prosigo. La carretera está totalmente despejada, hace buen tiempo y lo único, el fuerte viento lateral, pero salvo eso, carretera con poco tráfico.

Antes de llegar a Puebla de Sanabria, empiezo a ver la nieve acumulada en los laterales. El paisaje ya nevado pero los puertos de paso a Galicia abiertos, por lo que he tenido suerte.

Fue entrar en Galicia, y esta me recibió con muchas lágrimas, tantas, que a veces había miedo de que fuera a pasar algo con tanta lágrima. Se oscurece todo antes de tiempo y sigue llorando el cielo de una manera que ya no me acordaba. Así hasta casi llegar a Vigo. Evidentemente, esto e hace ralentizar el ritmo para mejorar la concentración en la carretera.

Al final, sobre las 19:30 llego a Vigo, a casa de mis padres.

En lo deportivo, pues como estaba claro, no ha cabido el deporte en todo el día, por lo que descanso total.

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